San Lorenzo fue un diácono de origen español que murió martirizado en el año 258, en una de las esporádicas persecuciones que organizaba el emperador Valeriano. Es muy conocida la anécdota de su martirio que pese a ser cruel, San Lorenzo la tomó a motivo de broma hasta el preciso momento de su muerte. El gobernante de Roma hizo que lo quemaran en una parrilla, cuenta la tradición que los cristianos podían ver el rostro del mártir rodeado de un esplendor hermosísimo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo quemaban. Los paganos por el contrario no veían ni sentían nada de eso, pero lo que más asombró a los verdugos de San Lorenzo, es que este se tomaba en broma su propio martirio. Les dijo: “Ya estoy asado por un lado ahora que me vuelvan hacia el otro para quedar asado por completo”. El verdugo mandó que lo voltearan y así se quemó por completo, cuando sintió que ya estaba completamente asado, exclamó: “La carne ya está lista pueden comer con toda tranquilidad”. San Lorenzo rezó por la conversión de Roma y la predicación de Cristo en todo el mundo, falleció el 10 de agosto del año 258. Resulta también que San Lorenzo le causó una gran afrenta al orgullo y la codicia del gobernante de Roma quien en su odio lo hizo quemar en el contexto de las persecuciones, asesinaron al papa San Sixto II y viendo que el final se acercaba, San Lorenzo tomó todos los elementos de valor que halló, los vendió y se lo dio a los pobres pero el gobernante de Roma que era muy codicioso mandó Llamar al Santo y le dijo: “Me han dicho que los cristianos se emplean cálices y patenas de oro en su sacrificios y que en sus celebraciones tienen candelabros muy valiosos vaya recoja todos los tesoros de la iglesia y me los trae porque el emperador necesita dinero para costear una guerra que va a empezar” . San Lorenzo le pidió al gobernante que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros de la iglesia y en esos días el santo fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos, a los que ayudaba con sus limosas. Al tercer día los hizo formar en filas y mandó Llamar al emperador diciéndole: “ya tengo reunidos todos los tesoros de la iglesia, le aseguro que son más valiosos que los que posee el emperador gobernante de Roma”. El emperador llegó muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó enormemente, pero San Lorenzo le dijo; “Por qué se disgusta?, si estos son los tesoros más preciados de la Iglesia de Cristo”. Fue así que el emperador lleno de rabia lo hizo martirizar en una parrilla. San Lorenzo Diácono y Mártir, ruega por nosotros.
Antonio José Ocampo Franco
Candidato al Diaconado Permanente
Parroquia San Miguel Arcángel Subachoque
Fuente: Museo Nacional del Prado
Deja una respuesta